La vasectomía o deferentectomía consiste en la sección y ligadura de los conductos deferentes. Como consecuencia, en poco tiempo el semen eyaculado no contiene espermatozoides. Es un método de control natal que puede revertirse, con tasas muy altas de seguridad y efectividad.
PROCEDIMIENTO
Bajo asepsia (que debe incluir afeitado del campo operatorio) y anestesia local, un especialista en urología hace una pequeña incisión en la parte anterior del escroto o bien dos laterales. Los conductos seminales (o deferentes) se sacan a través de la incisión, se cortan y se ligan tras extraer un segmento, de forma que los dos extremos de cada conducto quedan anudados y separados entre sí. Los procedimientos en que no se secciona un segmento de los deferentes están en desuso por mayor porcentaje de fallos. A continuación se introducen nuevamente los conductos en el escroto. El sangrado es mínimo, y la herida suele requerir algún punto reabsorbible aunque a veces no lo precisa: se realiza presión para contribuir a su cierre.
Se recomienda no haber tomado anti inflamatorios como la aspirina por lo menos una semana antes y después de la operación, porque pueden incrementar el riesgo de sangrado.
Recientemente se ha desarrollado la técnica de Vasectomía Sin Bisturí (VSB) que ha mejorado notablemente el concepto quirúrgico de vasectomía. Es una técnica con un porcentaje mucho menor de complicaciones respecto a la vasectomía convencional y en la actualidad es el procedimiento Gold Standard por la Asociación Americana de Urología para la práctica de vasectomía.
La VSB nace con la idea de realizar la intervención con el mínimo trastorno y mínimas molestias. Su particularidad más básica reside en un instrumental único y específico para tal fin. De hecho el corte no lo practica el bisturí convencional sino que se realiza mediante una pinza que provoca la apertura de la piel separando, y no cortando, sus fibras.
Los resultados han mostrado menos hematomas, infecciones y otras complicaciones con un porcentaje total de 0,4 % para la vasectomía sin bisturí frente a un 3,1 % para la vasectomía convencional.
Aparte de algunos efectos secundarios de corto plazo como rasquiña, sangrado o infecciones, este procedimiento puede ocasionar un dolor crónico en el escroto o en la pelvis conocido como Síndrome de dolor post-vasectomía. Según un estudio realizado en 1992 sobre 172 varones que se habían practicado una vasectomía cuatro años atrás, el 33 % de ellos había experimentado algunas molestias crónicas en los testículos que no afectaban su diario vivir, el 15 % había experimentado molestias crónicas que sí lo afectaban, y el 4 % había experimentado dolor testicular severo que resultó en intervención quirúrgica.
La reversión de la vasectomía tiene actualmente tasas muy altas de seguridad y efectividad. Es una cirugía ambulatoria, al igual que la vasectomía misma, que se puede realizar con anestesia local. Pero no todos los pacientes logran quedar recanalizados, eso va a depender de qué tanto tiempo lleve el paciente de haber sido vasectomizado, es decir, a menor tiempo de hecha la vasectomía más posibilidades hay de embarazar.
La vasectomía es un procedimiento muy efectivo para evitar el embarazo. La tasa de fallos no supera el 0.5 por ciento. Después de la operación todavía hay espermatozoides almacenados, de modo que se debe usar otro método de anticoncepción hasta que el espermiograma revele que el conteo espermático es igual a cero. Este procedimiento no tiene efecto alguno sobre la provisión de sangre y hormonas a los genitales, de modo que no afecta la erección ni la líbido.
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